Se manifestaron contra mí en Palma de Mallorca.
Acusaron que soy “racista” y quiero “el exterminio de la población palestina.”
Pero yo siempre he defendido a los árabes palestinos.
Y mi conferencia en Mallorca era sobre la historia de Asia Occidental…
Ahora sí que lo he visto todo…
Dicen algunos que el periodismo ha muerto. Otros nos preguntamos si algún día nació. Nos interesa averiguar cuándo comenzó a administrarse nuestra realidad y pensamos que una hipótesis interesante, y en ocasiones convincente, es que ha sido administrada desde el principio. Al margen de eso, empero, lo indiscutible es que el periodismo, ahora mismo, está muerto.
Sigue la demostración.
Me invitaron a dar una conferencia en la Biblioteca del Ayuntamiento (Cort) en el centro del casco viejo de Palma de Mallorca. Se me hizo agua la boca—por el gusto de compartir mis investigaciones y por la oportunidad de saborearme la ciudad—. Solo una vez, hacía muchos años, había visitado Palma. Y demasiado rápido. Añoraba otra oportunidad de gozar del mar y cielo azules mediterráneos, perderme en sus callejones, y asombrarme con sus murallas y con ese gran monumento a la albañilería, piedad, y vanidad medievales: su catedral.
Faltando dos días para mi conferencia, el diario Última Hora me entrevistó. Hecho lo cual comenzó a circular en redes por allá en Mallorca que yo tenía algo en contra de los árabes palestinos.
Según Diario de Mallorca la organización Ciudadanos por Palestina afirmó que soy “un islamófobo que justifica el genocidio de Israel contra el pueblo Palestino,” que había venido a dar “discursos de odio,” y que la biblioteca del Cort no debía prestarse a ser “tribuna para fascistas que apoyan el genocidio.”
Válgame…
El partido Podemos expresó en su cuenta de X que mi conferencia era un “acto criminal” y que la “hipocresía y maldad” del Ayuntamiento por prestarse a esto “no conocía límites.”
En el Diario de Sevilla dijeron que Més per Palma (un partido político socialista aliado del PSOE y muy ‘woke,’ me dicen) quería anular mi conferencia. Publicaron en su cuenta de X el siguiente espasmo de hiperventilación:
“Rechazamos el apoyo del PP [Partido Popular] a un acto favorable al genocidio en Gaza. Denunciamos que el equipo de gobierno ha invitado a la biblioteca de Cort a un autor que defiende posturas racistas contra los árabes y que justifica el exterminio de la población palestina.”
Aclaro que “el apoyo del PP” y el “equipo del gobierno” nada tuvieron que ver. A mí me invitó la comunidad judía de Mallorca (el Ayuntamiento permite el uso de sus instalaciones para todo tipo de conferencias).
Todo esto—la interpretación de Francisco Gil-White como “criminal,” “racista,” y “genocida” que “justifica el exterminio del pueblo palestino”—supuestamente tenía algo que ver con el contenido de mi entrevista en Última Hora.
¿Alguien la leyó?
En dicha entrevista yo defendí la respuesta militar israelí contra el terrorismo de Hamas porque las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) han sido cuidadosas en hacer lo posible por proteger a la población civil árabe palestina. También dije que las FDI desde hace mucho tiempo debieron destruir a Hamas y que con ello “hubieran protegido a la población árabe palestina.” En mi artículo sobre Hamas dije que “solo así,” es decir, destruyendo a Hamas, “habrá una liberación para los árabes de Gaza.” Eso es todo lo contrario de “justifica[r] el exterminio de la población palestina.”
Y no hay tal exterminio.
Hace una semana Associated Press dijo que
“… el total de muertos palestinos por la ofensiva israelí asciende a 26,900, según el Ministerio de Salud de Hamas. [Dicha cifra] no distingue entre civiles y combatientes pero [Hamas] dice que la mayoría de los fallecidos son mujeres y niños.”
Seamos generosos con Hamas y redondeemos hacia arriba: digamos 30,000 muertos. Y, nuevamente generosos, digamos que son todos civiles, como si no hubiera en Gaza terroristas (‘combatientes,’ según Associated Press). Querría entonces decir que en Gaza, donde había 2,400,000 personas, sobrevive casi el 99% de la población. Si eso es un ‘genocidio’ la palabra pierde todo significado. (Comparemos con el Holocausto, donde el 66% de la población judía europea fue asesinada.)
En todo caso, ninguna persona inteligente puede creer las cifras de Hamas, una organización terrorista y genocida. Mienten por sistema.
Sin duda han fallecido algunos civiles árabes palestinos—una tragedia lamentable—. Pero, ¿de quién es la responsabilidad? No habrían muerto si Hamas—rompiendo el cese al fuego que imperaba antes del 7 de octubre—no hubiera lanzado un ataque inclusive contra mujeres, ancianos, y bebes israelíes que ni en películas de horror.
Y la estrategia de Hamas—desde siempre—ha sido todo lo contrario de proteger a los civiles árabes palestinos, a quienes sacrifica como ‘escudos humanos.’ Mientras que Israel hace enormes esfuerzos por evitar bajas de civiles árabes palestinos. Por lo cual es inmoral responsabilizar a Israel y no a Hamas (como he dicho).
En fin…
Convocados según Diario de Mallorca por Ciudadanos por Palestina, Mallorca por Palestina, y Mallorca antifascista, los hiperventilados cumplieron su promesa y se presentaron a protestar frente al Ayuntamiento a la hora de mi conferencia. Increíble. Durante la misma, estuvieron afuera gritando. Se los juro. Unos contaron cincuenta (la policía) y otros más de cien (los periodistas).
La policía contuvo y garantizó el derecho a libre expresión (de los manifestantes y del ponente). Pero me perdí toda la emoción callejera, caray… Ni los vi ni los oí. Yo había entrado al Cort más temprano y para cuando salimos el entusiasmo había muerto: no había nadie.
Pero el tema aquí es el comportamiento de los periodistas.
Faltando minutos para empezar unos jóvenes de lo que llaman ‘la prensa,’ con dos cámaras rodando, entraron a la biblioteca del Cort y me pusieron micrófonos en la cara. Cortésmente, me hicieron algunas preguntas. Aproveché la ocasión para aclarar las cosas.
Me preguntaron por los manifestantes y contesté que eso era un misterio, pues yo siempre he defendido a los árabes palestinos. No lograba comprender cómo alguien podía concluir lo contrario.
Pero además, dije, estaba muy clara y públicamente anunciado que mi presentación era sobre la curiosa estructura de la historia política de Asia occidental (que incluye a Europa) a lo largo de los últimos 4,300 años. Mi propósito era:
refutar (como hago también en mis publicaciones) a los académicos que distorsionan a los antiguos griegos como presuntos autores de nuestra democracia, y a los antiguos persas—protectores y patronos de los judíos—como presuntos enemigos de la libertad; y
resaltar el rol del pueblo judío inspirando la liberación política de los occidentales.
(Por cierto, mi conferencia en Mallorca está documentada aquí, aunque es mejor la calidad del video de mi conferencia idéntica en Valencia.)
Entonces, ¿qué hacía esa gente gritando afuera? ¿Acaso tenía sentido denunciar una plática académica sobre la antigua Mesopotamia y el mundo grecorromano porque alguien (no sé quién) les había dicho que yo no quiero a los árabes palestinos?
Ésas fueron mis afirmaciones.
La controversia estaba jugosa. Yo afirmaba ser todo lo contrario de un racista y además un defensor de los árabes palestinos venido a presentar enteramente sobre otro tema; los gritones afuera denunciaban presuntos “discursos de odio” contra los árabes palestinos de un presunto “racista” y “genocida” anti palestino.
¿Qué pregunta debe contestar para el público un periodista? ¿Cuál es su obligación moral y profesional? Siendo que esto no parece ser demasiado obvio lo voy a deletrear: averiguar quién está diciendo la verdad.
Eso aquí estaba fácil, porque existe el internet y mi trabajo de los últimos años está regado en copias múltiples en todos sus rincones. Luego entonces, mis afirmaciones y opiniones a lo largo de los años sobre el racismo, en lo general, y sobre los árabes palestinos, en lo particular, son la cosa más liviana de verificar. Bastando las habilidades más mediocres de búsqueda se invierten veinte minutos—ni siquiera—y ya está: en seguida se aprende que el combate al racismo ha sido el tema central de toda mi vida profesional.
¡Fíjate nada más!
Veamos…
Mi trabajo doctoral, publicado en Current Anthropology en 2001, fue una nueva teoría sobre los orígenes evolutivos y cognitivos del racismo, elaborada para dotarnos de mejores herramientas con cuales trascender este nefasto fenómeno sociológico.
En 2004 publiqué un libro, Resurrecting Racism: The Modern Attack on Black People Using Phony Science (Resucitando el Racismo: El Ataque Moderno contra los Negros Sirviéndose de Pseudociencia), que investiga la forma como, con sutilezas, las élites de poder han querido revivir el racismo contra los negros en la sociedad estadounidense.
Durante 20 años he investigado y publicado sobre la historia de otra forma de racismo: el antisemitismo. Lo hago en mi serie de 10 tomos (proyectados): El Colapso de Occidente: El Siguiente Holocausto y sus Consecuencias, y en un sinnúmero de artículos, entrevistas, y conferencias. Los primeros cinco tomos de El Colapso se publicaron hace diez años ya.
Más recientemente he explicado y denunciado el nuevo racismo ‘woke’ contra los blancos. Porque—contrario a lo que cree mucha gente en la presunta ‘izquierda’—el racismo no se vuelve aceptable cuando sus víctimas son pálidas.
Y sobre los árabes palestinos, ¿qué he dicho? Aquí un resumen (parcial).
En 2006 publiqué un artículo en mi anterior website, Historical and Investigative Research, para documentar la historia de opresiones sufridas por los árabes palestinos a manos de las élites de poder árabes antes de y durante el periodo del Mandato Británico de Palestina.
Por aquellas fechas también publiqué una larga documentación sobre la historia de la política exterior de EEUU hacia Israel, donde incluí una investigación sobre la alianza de Hamas y OLP/Fatah (lo que ahora llaman la ‘Autoridad Palestina’) para oprimir a los árabes palestinos. Detallé algunos de sus crímenes.
El Tomo 1 de El Colapso, de 2013, está dedicado, enterito, a documentar los crímenes de Hajj Amín al Husseini, el más grande opresor de los árabes palestinos. Mi texto denuncia también a otros opresores de los árabes palestinos.
En 2021 publiqué un artículo titulado: ¿Por qué nadie defiende a los árabes palestinos?, donde documenté la larga historia de opresiones sufridas por los árabes palestinos y la forma como sus presuntos ‘defensores’ de hecho añaden a su sufrimiento, aliándose con sus opresores.
Luego de iniciada esta guerra entre Hamas e Israel, documenté y denuncié para mis lectores que Hamas y la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en contubernio destruyen las mentes y los cuerpos de los niños palestinos. Es un crimen inimaginable. Y lo está cometiendo la ONU. Denuncié a la ONU. Pregunté: ¿Por qué ataca la ONU a los niños palestinos?
Nuevamente pregunté por qué tantos políticos, activistas, gobiernos, e instituciones fingen defender a los árabes palestinos cuando en realidad los condenan a ser envenenados por una banda de criminales racistas, terroristas, y totalitarios que los usan de carne de cañón y de escudos humanos.
Más recientemente, para quien me ha escuchado en varias entrevistas, he dicho que el gobierno de Israel cometió un crimen contra los árabes palestinos cuando permitió que los terroristas de OLP/Fatah (ahora los llaman ‘la Autoridad Palestina’) entraran a gobernarlos en los territorios disputados de Judea, Samaria, y Gaza (Acuerdos de Oslo de 1993-94). Lo dije, por ejemplo, en entrevista con Sergio Bacari. Y al Bacari lo ve el mundo entero (parece compañía de medios).
Si todo lo anterior fuera poco, el tema de mis próximas conferencias será sobre lo siguiente. Yo afirmo que el Estado de Israel tiene una deuda con los árabes palestinos por haber permitido que esos infames terroristas entraran a gobernarlos. Y afirmo, también, que eso obliga moralmente al Estado de Israel—a toda la sociedad israelí—a salvar a los árabes palestinos.
[NOTE 2024-11-2: En vista de un comentario que recibí, añado esta aclaración: no estoy diciendo que Israel le deba a los árabes palestinos un ‘Estado palestino.’]
¿Y cómo se hace eso? ¿Cómo habrá de salvar Israel a los árabes palestinos? Pues con la derrota total de las organizaciones terroristas que los oprimen. Y en esto me refiero no nada más a Hamas, entiéndase bien, sino también a OLP/Fatah. Después los israelíes tendrán que garantizar la libertad y la protección de los árabes palestinos. También afirmo eso.
Dado que todo esto salta a la vista con cualquier peinadita que uno le dé al internet, es un asombro constatar que, al ‘reportar,’ estos jóvenes ‘periodistas,’ previo a mi conferencia, se limitaron a repetir para sus lectores las acusaciones absurdas de los manifestantes y nunca mencionaron mi trabajo.
Después de mi conferencia, Europa Press se limitó a darle auge a los manifestantes y repetir sus acusaciones. IB3 Noticias publicó entrevistas con los manifestantes y por lo menos un pedacito de mi respuesta.
Y ya.
Ningún medio explicó al público absolutamente nada sobre mi trayectoria. Ni un comentario sobre lo arriba citado para poder escrutar el argumento—si alguno existiere—esgrimido por el buenismo organizado de la presunta ‘izquierda’ para llamarme racista anti palestino.
Periodismo no es prestarse a ser vocero de una acusación; periodismo es investigar la acusación.
Ahora bien, ¿cómo explicar todo esto? Como siempre, debemos considerar más de una hipótesis.
Una dice que el problema es incompetencia. La calidad periodística de hoy es simplemente abismal: estos jóvenes ‘periodistas’ no hicieron el menor esfuerzo por averiguar qué ha dicho y escrito Francisco Gil-White. Ni siquiera se quedaron a escuchar la conferencia—luego de entrevistarme, salieron corriendo a publicar otra vez las acusaciones en mi contra—. No tienen la menor vergüenza profesional. La verdad no les interesa. En fin, les importa un bledo el periodismo.
Dicha hipótesis—seamos claros—debe invocar en estos jóvenes ‘periodistas’ los males de una incompetencia profesional, apatía cultural, desgaste civilizacional, quiebra moral, y colapso de personalidad tan perfectamente generalizados y pronunciados que aterra la consciencia.
No hallaremos, empero, un gran alivio en la hipótesis alternativa. Pues dicha hipótesis propone que a estos jóvenes ‘periodistas’ los motiva un maquiavelismo mefistofélico; que han elegido representar—y alevosamente—a un luchador contra el racismo y defensor de los árabes palestinos ¡como presunto “racista” y “genocida” que busca su exterminio!
O quizá debamos combinar las hipótesis, como haré en un artículo próximo a estrenarse: el maquiavelismo está en la cima de las instituciones periodísticas. Los jefes se sirven de estos jóvenes ‘periodistas’ que no saben realmente qué es el periodismo y que operan nada más como herramientas útiles de sus jefes sin comprender para quién trabajan.
Escoger el modelo que realmente explica nuestra realidad será tarea para el lector. Yo presento la evidencia.
Empero, sea cual sea la explicación, es importante por lo menos dejar clara la descripción—históricamente contextualizada—de lo sucedido en la Plaza del Cort de Palma de Mallorca la noche de mi conferencia.
Fue así. Un grupo de manifestantes se reunieron para protestar que yo apoye al Estado de Israel. Y se reunieron (seamos francos) para expresar su apoyo, no a los árabes palestinos, sino a sus opresores de Hamas.
Ese apoyo para Hamas—terroristas que explican en su constitución su intención de exterminar a los judíos israelíes—se expresó en la Plaza de Cort de Palma de Mallorca, donde en siglos pasados una multitud de judíos fueron quemados por los racistas genocidas de la ‘Santa’ Inquisición.
Y lo que estos manifestantes trataron de impedir—sin éxito—fue que un remanente de judíos supervivientes en Mallorca, y los descendientes ‘chuetas’ de judíos convertidos por la fuerza, se reunieran a escuchar una conferencia sobre el heroísmo religioso y político de sus antepasados.
Deseo y espero que, para bien de Occidente, pronto regrese a los corazones de estos buenistas, de estos presuntos ‘izquierdistas’ que se ostentan defensores de los oprimidos, la emoción de la vergüenza.
Y espero también florezca la emoción del agradecimiento. Pues fue del recuerdo de una revolución israelita contra el faraón que los tenía esclavizados, y del mandamiento hebreo ‘amaras a tu prójimo como a ti mismo’ (Levítico 19.18), fuente de toda la ética judía, que heredamos las libertades vigentes (por un rato todavía…) en las democracias occidentales, incluyendo la de protestar ignorante e incoherentemente en la Plaza del Cort de Palma de Mallorca.
Tema relevante de tu artículo es la "corrección política" imperante que lleva a ciertos estamentos de la sociedad a defender temas indefendibles. Oriana Fallaci, periodista de izquierdas sin duda alguna, en su último artículo, fácilmente localizable en internet titulado "La rabia y el orgullo", decía entre muchas otras cosas que "la corrección política occidental iba a terminar con la civilización occidental" palabras más, palabras menos. En España, entre los impresentables de Podemos especialistas en hacer "scratches", que es lo que te hicieron según el lenguaje contemporáneo hispano, y los que se dedican a defender cuanta causa anti occidental que se encuentren, porque es muy "progre", están abriendo las puertas a la "recuperación" de Al Andalus que es uno de los objetivos de los fundamentalistas árabes. Pero nosotros "somos modernos y tolerantes". Llamadas de atención hay muchas. Hay que hacerles caso. Mil gracias por tu artículo. Es una auténtica maravilla escucharte y leerte.
Vienen contra nosotros, Francisco, esas manifestaciones las hacen para contar sus números, ver si ya son mayoría y dar su patada al piso y proclamar la shaaria.. con el beneplácito de Europa que arruinó a España y a todo el sur de Europa con sus políticas. Nos quieren esclavizar a todos y usarán técnicas propagandísticas de Goebbels y de los soviéticos, PNL y lo que haga falta, es fácil frente a una sociedad tiktok. Los cuatro que están despiertos están comprando Bitcoin y pensando en huir al Salvador.
Trabajaba en Mallorca en el 2001, el 11 de septiembre vi que los Mallorquines estaban tan ciegos como los argentinos lo estarán durante el corralito. Ahora vivo en Israel porque por lógica uno viaja buscando la verdad.. cueste lo que cueste.. hasta 2020 yo creía que los líderes de Israel buscaban lo mejor para nosotros, ahora cad aves me acuerdo más del getho the Lotz y de los líderes judíos en el holocausto..
Creo también que el pueblo judío nos hemos creído una mentira que les viene muy bien a los opresores.. que cuando más nos persiguen, más fuertes somos.. es como darle las gracias al matón del barrio por acuchillarnos..
Francisco, seguimos viviendo en Ghettos, seguimos con Ptsd por todos los traumas.. Que tipo de terapia ade choque necesita un pueblo para dejar de ser la mujer maltratada de la historia?
El único político fuerte aquí es Moshe Feiglin, y la gente no lo escucha porque dicen que es un mesiánico loco extremista.
Tenemos poco tiempo, como despertamos a la gente?
Gracias